Grisela
Un día Grisela se sintió muy triste, tan triste como su piel gris. «Tengo que hacer algo», pensó. Cogió un bote de pintura roja y dijo: -Si me pinto de un color alegre, seguro que me pongo contenta...

Un día Grisela se sintió muy triste, tan triste como su piel gris. «Tengo que hacer algo», pensó. Cogió un bote de pintura roja y dijo: -Si me pinto de un color alegre, seguro que me pongo contenta...